viernes, 26 de marzo de 2010

primer día: clases de música

Llegaban las tres y estaba un poco confundida, no tenía muy claro la sala en la cual teníamos clases. Esperé que me confirmaran la sala y partimos – junto con mis compañeras- a la facultad de música de la universidad.

Llegue a la sala con un poco de prejuicio, tuve la asignatura música en la básica solamente y no tenía muy buenos recuerdos de ella, por mi profesor y por el interés que me causaba. Pero aquí, vi a una persona, cuando nos contaba de sus vivencias con sus vecinos o lo mucho que le gustaba inventar sonidos con la voz. Esa fue mi primera impresión del curso.

Luego de sentarnos, y nos hizo presentarnos, me puse nerviosa, no pensé en nada para decir, todas habían contado de sus múltiples habilidades con los instrumentos musicales, incluso con su voz y cuando me toco, solo dije que mi relación con la música era sólo: escucharla.

Al transcurrir el segundo bloque, me intereso mucho la forma en que nos introdujeron en la música, tuvimos que hacer un ejercicio con la voz de tal manera que desarrolláramos algunas de las tonalidades de esta y las notas musicales. Mismo ejercicio que nos sirvió para fortalecer el trabajo en equipo y la vergüenza o el pudor que sentimos al recrear cosas nuevas.

Al finalizar la clase me fui con una sensación nueva ante esta materia, como cuando tienes una gran experiencia o cumples algo que tenias pendiente. Sensación de interés, de gusto, de aprender cosas nuevas.